Dice un proverbio chino que "Si haces planes para un año, siembra arroz.Si los haces por dos lustros, planta árboles.Si los haces para toda la vida, educa una persona", así que, como a mí me gustan las cosas con tiempo, empecemos a aportar nuestros granitos de arena

dissabte, 11 de març del 2017

ANÁLISIS DE UN POEMA RENACENTISTA: EJEMPLO II

¿Dó están ahora aquellos claros ojos
que llevaban tras sí, como colgada,
mi ánima doquier que ellos se volvían?
¿Dó está la blanca mano delicada,                
llena de vencimientos y despojos
que de mí mis sentidos le ofrecían?
Los cabellos que veían
con gran desprecio al oro,
como a menor tesoro,                               
¿adónde están?  ¿Adónde el blando pecho?
¿Dó la columna que el dorado techo
con presunción graciosa sostenía?
Aquesto todo ahora ya se encierra,
por desventura mía,                                
en la fría, desierta y dura tierra.

En este fragmento el poeta se lamenta por la muerte de su amada (“en la fría, desierta y dura tierra” y se pregunta dónde está ahora todo aquello que él amaba, por lo que podemos decir que el tema principal es el amor desdichado, en este caso por la muerte de la amada.
Para reflejar este sentimiento de pérdida el autor recurre al tópico del “ubi sunt?” encadenando una serie de preguntas retóricas a través de las cuales describe a su amada siguiendo el canon petrarquista: claros ojos, mano delicada, cabellos que veían con desprecio al oro, blanco pecho… Esta descripción cálida y apasionada de la amada contrasta con los adjetivos utilizados por el poeta para describir la tierra en la que ahora yace: fría, desierta y dura.
Otra característica propia del Renacimiento que podemos apreciar, es el uso de un vocabulario sensorial que apela a los sentidos, principalmente a la vista (claro, oro, blanca, dorado) y al tacto (“blanda, fría, dura”).
En cuanto a los recursos estilísticos, hallamos en el texto encabalgamientos en los versos 1, 5, 7 y 11, cinco preguntas retóricas,  epítetos “claros ojos”, “blanca mano”, “blando pecho”, “dorado techo”, así como metáforas en el que identifica partes del cuerpo como el cuello o el pelo en elemento como columna o dorado techo.
Tanto el uso de estos recursos, como el lenguaje utilizado o la descripción de la amada siguiendo el modelo petrarquista se orientan a conseguir la finalidad esencial del Renacimiento: crear y transmitir belleza.
La métrica utilizada también responde a las características propias de este movimiento. El uso del endecasílabo responde a la necesidad de una mayor profundidad en la reflexión y análisis de los sentimientos.

Para finalizar diremos que este fragmento pertenece a una de las Églogas de Garcilaso de la Vega, máximo exponente del Renacimiento español y creador de una nueva forma de entender y expresar la poesía.

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